Francisco Vaciero, Presidente de Vaciero, explica en esta entrevista para el Legal Today el aprendizaje y las conclusiones que han podido interiorizar durante la crisis de la COVID-19. Para el presidente de Vaciero la clave residió en saber adaptarse al momento extraordinario.
¿Estabais preparados para afrontar una situación tan disruptiva como esta?
Pese a que se trata de una situación inédita, desde el inicio de la crisis supimos adaptarnos al momento que estábamos viviendo y rápidamente pusimos en marcha toda una serie de pautas de actuación y procedimientos para adaptar nuestro día a día al teletrabajo.
Bien es cierto que la adaptación fue progresiva, pero enseguida conseguimos habituarnos a trabajar en remoto, mantener reuniones de manera telemática con los clientes y a coordinar a nuestros equipos por videollamada.
¿Cambiará la forma en cómo se prestan los servicios legales?
Esta crisis nos ha obligado a cambiar nuestra forma de trabajar y de relacionarnos con el cliente. Probablemente, una parte del trabajo presencial se sustituya en un futuro por el telemático, pero el contacto físico con el cliente no va a desaparecer.
En aquellos trabajos donde sea necesario una mayor involucración del abogado, especialmente en asuntos complejos, el trato directo y cercano con el cliente no va a verse tan alterado. En muchas ocasiones sigue siendo más efectiva la reunión presencial por la necesidad que tenemos los seres humanos de relacionarnos unos con otros.
Otra cuestión diferente será para aquellos servicios de menor valor añadido en los que el contacto con el cliente es menor y no implica ese acercamiento directo. En esos casos, la tecnología va a jugar un papel fundamental en tanto en cuanto los despachos sean capaces de articular procesos y procedimientos que incrementen la productividad del abogado, los hagan más eficientes, y, por tanto, más rentables.
¿Cuál es el mayor reto que ha derivado y derivará el teletrabajo?
El teletrabajo ha sido un sistema que nos ha permitido adaptar nuestra forma de trabajar ante esta situación excepcional. La cuestión es de qué manera va a perdurar en las organizaciones y si va sustituir o no a la manera tradicional en la que venimos prestando nuestros servicios.
Si somos capaces de ser más eficientes, más organizados y dar un mejor servicio a nuestro cliente, el teletrabajo poco a poco ganará peso en las organizaciones. Por el contrario, en la medida en que el cliente siga demandado un mayor contacto físico, presencialidad y tener un vínculo más estrecho con su abogado, el teletrabajo pasará a un segundo plano, pero será perfectamente complementario con el trabajo presencial.
¿Qué aprendizajes os habéis llevado de esta situación?
Esta crisis nos ha enseñado como despacho a trabajar más si cabe en equipo, a ser más eficientes en la coordinación entre todos los departamentos que conforman nuestra firma, y, sobre todo, a comprender mejor las necesidades del cliente ante la situación en la que nos encontramos.
En estos momentos tan complicados, las empresas se han visto gravemente afectadas a causa del impacto de esta crisis: ajustes de plantilla, cierre de establecimientos, pérdida de liquidez… Esto nos ha llevado como despacho a tener que actuar con rapidez en cada situación, pero sin perder de vista que lo prioritario era y es tratar de solucionar los problemas del cliente.